Manual para crear una dictadura

La vida se inspira en el arte inspirándose en la vida, o eso dicen por ahí, por eso cada cosa que veo, leo y escucho me da ideas de historias que (probablemente) nunca escribiré. En esta ocasión, me inspiré un poco en esas técnicas que los dictadores han usado para someter a sus propias naciones y mantenerse en el poder.

Esto no es una respuesta a lo que está sucediendo en Venezuela en este momento, es más bien una observación de diversos fenómenos políticos actuales alrededor del mundo que la gente insiste en disfrazar de democracia. Cualquier parecido con Venezuela, es una vil coincidencia porque no vivo ahí y no confío en los medios de comunicación.

Habiendo dicho esto, presento “Manual para crear una dictadura”, una recopilación básica y cuasi-fiel de muchas de las técnicas que usan unos personajes sedientos de poder llamados dictadores (aunque en sus países nieguen que lo sean).

Recuerden usar este manual sólo para el bien.



  1. Antes de pensar en someter a la gente, tienes que hacerte de un nombre y de una reputación. Elige una esquina política y hazte de aliados y partidarios dispuestos a dar votos de confianza por ti.
  2. Escala posiciones y una vez llegues a la más alta, asegúrale al pueblo que trabajarás por reestablecer “la gloria de la nación”, lo que sea que eso signifique.
  3. Crea un enemigo común, de preferencia una minoría, a la que le puedas echar toda la culpa de los problemas del país.
  4. Impulsa una solución radical al problema del enemigo común, pero si no puedes ponerla a funcionar ipso facto, córtales sus derechos ganados anteriormente con mucho esfuerzo. Ojo, tienes que usar la vía legal. Y no frunzas el ceño, todavía no eres el mandamás de tu nación.
  5. Cuando te encuentres con la resistencia, minimiza su lucha. Usa la fuerza si es necesario.
  6. Censura a los medios, recompensa sólo a aquellos que celebren tus hazañas.
  7. Recuerda mantener a tus partidarios felices. Habrá resistencia de unos pocos, pero no desesperes, para eso están las cárceles.
  8. Asegúrate de tener una alianza fuerte con los militares. De esta relación depende tu estadía alargada en el poder.
  9. Desacredita a tus opositores. Saca sus trapos sucios al aire, inventa chismes, planta evidencias. Si siguen susurrando sobre ti, de seguro todavía hay espacio en las cárceles, y si no, ¡construye otra!
  10. En este punto encontrarás resistencia no sólo del enemigo común, también habrán otros que clamen por tu cabeza, pero no pares bolas. Hasta que no sean elecciones no podrán hacer nada para sacarte, pero mantén contentos a los militares. Son la clave para que no haya un golpe de Estado.
  11. Cuando sea hora de las elecciones, amenaza a los votantes, crea votantes falsos (si tienes que revivir a los muertos, hazlo) y si nada de esto funciona y sigues perdiendo, amaña los resultados para que tu victoria sea apabullante.
  12. Si el pueblo se resiste a los resultados, siempre puedes cambiar la constitución o la rama legislativa para que esté a tu favor.
  13. Recuerda que cualquier problema que afecte a tu pueblo es culpa de tus enemigos políticos, no tuya.
  14. Si no hay comida, niégalo, si no hay agua potable, niégalo, y si tratan de enviar ayudas, evítalo lo más posible. Quema camiones si es necesario.
  15. En este punto, tu pobre país ha de estar muy solo, pero no te preocupes que de seguro hay otras naciones que aplican eso de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” y están dispuestas a darte apoyo económico y militar. Pero escoge bien, no sea que después te den la espalda y pierdas todo lo que has conseguido hasta ahora.
  16. No te olvides de aprobar (silenciosamente) la estabilización de una milicia civil que aterrorice al ciudadano de pie que se resiste a tu mandato. Y recuerda que tienes dos opciones, negar que existe o negar que están relacionados contigo. Nunca admitas que los manejas bajo cuerda, es suicidio político.
  17. Si te invitan a dialogar con representantes de otras naciones, enfatiza una y otra vez que no eres un dictador y que esas son sólo acusaciones sin sentido hechas por tus enemigos y que eres víctima de una persecución política.
  18. Si llega el momento de una invasión militar extranjera, no desesperes si tienes a tus militares de tu lado. Y no te olvides de condenar a tu enemigo por todas las vidas perdidas y recordarle a tu pueblo que tú no eres responsable, sólo te estabas defendiendo.
  19. Y si por algún suceso extraño de la vida, tus enemigos logran arrinconarte y pierdes a tus aliados, siempre puedes suicidarte. Estate seguro que tu legado nunca será olvidado.
  20. Puedes mantener el poder por años, e incluso décadas, pero sólo si balanceas cada uno de estos puntos en tu plato de forma perfecta. Tu carácter ambicioso te define pero no debes tener miedo de mentir, asesinar y embaucar. El miedo a las consecuencias y lo que es más importante, el miedo a la muerte, es una debilidad que no te puedes permitir. No si quieres ser un dictador exitoso.


¡Feliz mandato!

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